A la primera la considera una “puta” que tenía relaciones con otros hombres mientras su padre trabajaba. La novia lo abandonó y al momento de recordarla el presunto criminal se compunge, atado de manos se limpia una lágrima: «Prefiero que mis perritos coman carne de esas mujeres a que ellas sigan respirando mi oxígeno. Mil veces que coman los perritos y las ratas a que ellas sigan caminando». De acuerdo con las autoridades, Juan Carlos sufre un trastorno de personalidad.
Relata sin ningún remordimiento sus crímenes y asegura «si salgo voy a seguir matando mujeres». Sólo cuando se refiere a su pasado Juan Carlos “N” parece sufrir. Dice que su madre a los 10 años lo dejaba al cuidado de una mujer que abusaba de él: «Esa mujer se subía. Esa mujer me hacía hacerle cosas que a mí, como niño, me desagradaban bastante». Juan Carlos “N” dice que sigue viendo un perro negro, pero que no por eso está loco, que el perro lo ve, lo sigue viendo.