El caso de Javier Duarte y su pírrica sentencia de nueve años, junto a su multa de 58 mil pesos, es una verdadera mentada de madre a la justicia mexicana. En el orgasmo del cinismo, el señor Javier Duarte apela contra la sentencia, resulta que le pareció excesiva la reprimenda, qué poca madre de este sujeto. Pero si usted piensa que su capacidad de asombro ya ha sido rebasada, se equivoca.
Karime Macías, el cerebro intelectual de esta camarilla que logró robarse más de 50 mil millones que pertenecían a los veracruzanos, tiene la oportunidad de conseguir un amparo para no ser requerida por la justicia. El Primer Tribunal Colegiado de la Ciudad de México, como una buena consorte, abre sus piernas y cobija a la esposa de Javier Duarte. Y así, con todo esto, cómo puede uno confiar en la justicia mexicana.