Dice el dicho que a los amigos se les conoce en el hospital y en la cárcel. Y es que cuando hay bonanza y jauja es muy fácil que muchos se acerquen por interés o para ver qué sacan de esa relación. Cuando la maestra Gordillo estaba en la plenitud del poder en el SNTE, las filas para poder verla unos minutos eran verdaderamente enormes. Desde funcionarios, líderes, empresarios, periodistas y sobre todo aquellos que necesitaban su bendición para ser nominados a un puesto de elección popular; todos ellos la buscaban afanosamente.
Sin embargo, después de caer en desgracia y ser huésped distinguida de un penal del centro del país, muchos de esos asiduos amigos se esfumaron mágicamente. Pocos, muy pocos hablaban de ella y los que lo hacían, era entre murmullos y sorpresa. Pero la vida da muchas vueltas, hoy que la maestra es exonerada por la PGR y sus antiguos aduladores han regresado. Muchos la buscan para sacarse la selfie o para regodearse de la popularidad de la maestra.
Es bien sabido que la maestra le apostó todas sus canicas y capital político al actual presidente electo, es seguro que muchos que le jugaron las contras al tabasqueño, querrán que la maestra abogue por ellos. No sabemos hasta qué grado de influencia tenga la maestra con el nuevo mandamás, pero es seguro que los que antes la negaban, ahora quieran hasta hacer proyectos con ella.
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