Vaya con el futuro de la educación en Veracruz; ésta podría estar en manos de un Chippendale o en Gurú de la Alta Costura. Es cierto que todos tienen derecho a aspirar a ciertos puestos, sin embargo, se debe reconocer que ciertos cargos públicos requieren verdaderos especialistas. Las políticas educativas en Veracruz no se pueden ni deben improvisar. Éstas deben ser diseñadas y conducidas por gente especializada, que conozca perfectamente la geografía y las carencias de la niñez veracruzana.
No se trata de hacer una tesis de licenciatura o un ensayo monográfico, se trata de calcular costos y administrar con pulso de cirujano los recursos federales y estatales. Los amarres, compromisos y componendas, se deben dejar de lado, se debe privilegiar los antecedentes y el currículo.
La camaradería y chabacanería se deben dejar sólo para los ratos de ocio, que por cierto todo mundo los tiene, pero el criterio para seleccionar a un secretario de Educación debe de ir acompañado de buen juicio; a estas alturas, repetimos, ¡no se puede improvisar!
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