Carlos Ornelas, en su libro Educación, colonización y rebeldía; la herencia del pacto, a ese acto de ocupar los mejores puestos en las subsecretarías de Educación le llama “colonización”. Y el SNTE, como mancha voraz, lo hizo a plenitud en Veracruz. Desde la Subsecretaría de Educación Básica y todos sus niveles, estos puestos eran ocupados por incondicionales del callejismo. Juan Nicolás Callejas Arroyo en realidad era el poder tras el trono.
La estrategia de Callejas Arroyo era muy sencilla: hacer una estructura de incondicionales que realizaban trabajo electoral para ayudar a los candidatos del PRI. Usaba a los maestros como moneda de cambio para que su liderazgo se fortaleciera adentro del sindicato como líder moral, y afuera como personaje político.
Ojalá y Cuitláhuac García, próximo gobernador constitucional, no permita que esa historia se repita. Se espera que ponga un secretario de Educación que pueda soportar la presión de los sindicatos y no ponga a un secretario blandengue, que comience a negociar por debajo de la mesa. Y es que cuando el río suena, es que agua lleva.