Nicaragua, entre la libertad y la represión

Nicaragua
Los periodistas Édgar Hernández y Pedro Talavera FOTO: JAIRO CAJINA
- en Opinión

Édgar Hernández y Pedro Talavera* / 

¡Aquí Nicaragua libre!

¡Han trascurrido 39 años!”, querido Pedro.

Sí. Es la historia de vida de un pueblo que se sucede de una Revolución social a otra popular, ambas, como todas las guerras, plagadas de represión y muerte”, hermano Edgar.

¿Te acuerdas de la que dio origen al fin de una dinastía sangrienta hace 39 años…? ¿Te acuerdas de Edén Pastora ese legendario “Comandante Cero”, de Daniel, de Humberto, de Ernesto Cardenal, de Sergio Ramírez, de Violeta y de nuestro hermano de la trova guerrillera Carlos Mejía Godoy?”.

¿Y cómo olvidarlos?.. Ellos, con Carlos Fonseca, fueron los que levantaron de las cenizas a Nicaragua para construir una nueva república. Ellos, con los comandantes de la revolución Henry Ruiz, Tomás Borge, Carlos Núñez, nuestro paisano Víctor Tirado López, Luis Carrión, Jaime Wheelock y Bayardo Arcos son los que dieron patria a nuestra querida Nicaragua. Ellos, muchos de los cuales ya se fueron, son los héroes de la nueva Nicaragua, no otros”.

Es un diálogo entre periodistas.

Pedro Talavera y Edgar Hernández charlan tras haber recibido una invitación de carácter verbal de parte del Encargado de Negocios de la embajada de Nicaragua en México, Juan Carlos Gutiérrez, para asistir a los eventos conmemorativos al 39 aniversario de la Revolución de Nicaragua, misma que no se concretó.

No había las condiciones ante el estado convulso de violencia y muerte que vive nuestra hermana república”, anota Edgar.

Ambos evocan la carta abierta enviada el pasado 26 de junio del presente a las autoridades y pueblo de Nicaragua, misma que fue reproducida como nota informativa por el diario La Prensa de Managua.

Reseña la nota:

Los reporteros mexicanos Edgar Hernández y Pedro Talavera, creadores de uno de los documentales más conocidos sobre la ofensiva final en 1979 en contra de la dictadura somocista, se pronunciaron sobre la crisis actual en Nicaragua pidiendo que “no puede seguir el derramamiento de la sangre de los jóvenes” y “que los fusiles guarden silencio”.

“Por haber participado en la lucha libertaria de Nicaragua hace 39 años y por ese amor que nos despierta esta noble tierra, hacemos un fervoroso ruego para que la paz regrese a las calles (de Nicaragua)”, explicaron en una carta abierta.

Inclusive, los periodistas mexicanos hablan de que la situación se resuelva por medio del diálogo y dicen estar dispuestos aparticipar de la mano de nuestros hermanos nicaragüenses hasta alcanzar tan anhelada paz”.

Nicaragua no puede vivir una nueva lucha armada, menos una regresión en su historia sin antes agotar las instancias del diálogo para transitar por el anchuroso camino de la democracia”, escribieron Hernández y Talavera en su carta.

Por ser abierta, la misiva de los reporteros mexicanos no va dirigida exclusivamente al gobierno de Daniel Ortega.

Eso fue el 26 de junio y mira, Pedro, cómo la situación ha empeorado. De cien muertos en las últimas semanas, la mayoría niños y jóvenes e incluso recién nacidos, en esta víspera la sumatoria rebasa los 351 caídos,  la mayoría menos de 22 años… ¡eso es inadmisible!”.

Si, hay quienes terminan siendo lo que repudiaron”, repone Pedro

En efecto.

Y es que como consecuencia de la escalada violenta desatada en Nicaragua, la ONU se sumó a la protesta mundial por la masacre del 30 de mayo que dejó al menos 16 muertos y un centenar de heridos en las calles de la capital.

En esta víspera la Organización de Estados Americanos, la OEA, aprueba por amplia mayoría la condena “contra la represión que ejecuta el gobierno de Ortega y Murillo”.

Se condena la violación a los derechos humanos, por el uso de policías y paramilitares en contra de los ciudadanos que protestan pacíficamente reclamando democracia y la salida del poder de la pareja presidencial«, sostiene el espíritu de la resolución de la OEA. De los 34 países miembros una amplia mayoría confirmó y signó su aprobación a la resolución contra la administración de Ortega-Murillo.

Ese es pues, el escenario en esta víspera en donde cientos de guardias y civiles que en mucho recuerdan a los escuadrones de la muerte, vigilan el sitio de la ceremonia del 39 aniversario de la Revolución del 19 de julio.

¡Así no es!, comandante.

Quienes suscribimos esta columna de opinión estamos ciertos que el 39 aniversario de la Revolución debería ser el mejor escenario desde donde debería arribarse a una solución no con la paz de los sepulcros o agrediendo y masacrando al opositor o a quienes desde el mismo púlpito claman por una solución pacífica.

Recordemos, tal como lo escribimos en nuestra carta abierta, que hemos sido testigos hace 39 años de una lucha insurgente que detentó por más de medio siglo el poder con la fuerza de las armas y un genocidio que arrojó más de 35 mil muertos, 100 mil heridos, 150 mil refugiados, 40 mil huérfanos de guerra y un millón de nicaragüenses sin alimentos ni dinero.

Nicaragua ya pagó su cuota de sangre.

Por tanto, nos resulta doloroso y lamentable que en los tiempos actuales la disputa por el poder pretenda regresarnos a una confrontación entre hermanos. Por ello insistimos en que para alcanzar la paz el primer paso es ¡Que los fusiles guarden silencio!

Hoy en el marco de la lucha libertaria de hace cuatro décadas no queda más que regresar al viejo apotegma de ¡Aquí Nicaragua Libre!

 

*Premios Nacionales de Periodismo

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