Lo dijo el mismo López Obrador, no va a haber más gasolinazos, se va a evitar que la gasolina aumente de precio, se va a buscar que siga con los mismos precios, eso sí, considerando inflación, al menos durante tres años. Pero no sólo eso, tampoco va a haber aumentos al gas, el diésel y la energía eléctrica, lo que significan buenas noticias para el gasto diario de las amas de casa.
El presidente electo debe tener mucho cuidado con lo que promete, sobre todo porque sus detractores están muy pendientes de ello y toman nota para que, a futuro, si es que las cosas no se le dan, puedan echárselo en cara. De hecho, es el momento que todavía no gobierna y algunos agoreros del desastre ya están enumerando ocho promesas que López Obrador no va a cumplir.
Primero dejen que se siente en la silla presidencial, dejen que gobierne unos cuantos meses y ya, conforme a sus acciones, vayan calificando su gobierno. Los primeros discursos de AMLO han sido sumamente positivos, a tal grado que los inversionistas se han mantenido en México y hasta el dólar ha conseguido una recuperación que no se veía en siete años.
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