El presidente electo debe tener mucho cuidado con lo que promete, sobre todo porque sus detractores están muy pendientes de ello y toman nota para que, a futuro, si es que las cosas no se le dan, puedan echárselo en cara. De hecho, es el momento que todavía no gobierna y algunos agoreros del desastre ya están enumerando ocho promesas que López Obrador no va a cumplir.
Primero dejen que se siente en la silla presidencial, dejen que gobierne unos cuantos meses y ya, conforme a sus acciones, vayan calificando su gobierno. Los primeros discursos de AMLO han sido sumamente positivos, a tal grado que los inversionistas se han mantenido en México y hasta el dólar ha conseguido una recuperación que no se veía en siete años.