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Juan Díaz de la Torre, sin pluri, sin la confianza de sus agremiados y con enemigos poderosos al acecho

Rafael Ochoa Guzmán y Elba Esther Gordillo FOTO: SIEMPRE.MX

El SNTE cuenta con 1.6 millones de afiliados, según cifras publicadas en su portal de transparencia, volviéndolo el sindicato más grande de América Latina. Además, antes del tsunami López Obrador, era considerado una fuerza poderosa en la política del país. Sin embargo, de nada sirve ésta cuando es colocada en el lado equivocado. Aunque en realidad el líder sindical, Juan Díaz de la Torre, no tenía otra alternativa. Tenga por seguro que si el presidente del SNTE le hubiera negado el apoyo al candidato tricolor, el Gobierno Federal, de manera mágica, hubiera sacado de la manga una averiguación previa en contra de él.

Sin dejar de mencionar que los seccionales del SNTE regados en las 32 entidades federativas han perdió el control de las bases. El futuro del sindicato magisterial más numeroso de México es incierto. Se recordará que apenas unos tres meses atrás se renovó el comité ejecutivo nacional a base de delegados incondicionales. Sin embargo, el panorama ha cambiado para el SNTE. La victoria de Andrés Manuel López Obrador los deja en el limbo, sus servicios no fueron necesarios ni requeridos por Morena y su estructura a favor de Meade, mediante Nueva Alianza, no sirvió para nada.

No sin antes mencionar que Juan Díaz de la Torre no será diputado, ya que el partido turquesa no alcanzó la votación requerida y tiene razón para estar preocupado, sus poderosos enemigos están muy cerca del nuevo presidente. El SNTE comienza a sentir el frío de la soledad y la orfandad, y eso no es lo peor, éste ha perdido credibilidad y confianza ante sus afiliados. Negro panorama para un sindicato que siempre fue fiel aliado de la cúpula del poder y que dejó de lado la defensa de los derechos laborales.