Si usted cree que todos los que piensan votar por López Obrador (según las encuestas más del 50 por ciento del electorado) votarán también por Morena, está equivocado. Muchos se consideran lopezobradoristas, pero repudian la manera como Morena ha venido negociando las candidaturas. Un ejemplo claro está en Xalapa, donde gracias a recursos económicos se otorgó una candidatura a diputada local de Morena para Ana Miriam Ferráez, quien el año pasado quiso ser alcaldesa por el PAN-PRD, pero que demostró su repudio no sólo a Morena, sino a López Obrador, de quien dijo le daba asco.
Pero no sólo ella, también está Rosalinda Galindo Silva, quien pasó de palera a candidata, quien no hizo campaña y sólo se la ha pasado grillando, primero con el afán de ser alcaldesa y luego diputada local. Las dos candidatas de Morena se pueden llevar una desagradable sorpresa, pues el electorado de Xalapa no vota tan parejo como quisieran.
Si bien, Xalapa es un pilar importante del lopezobradorismo, Morena, con sus diputados ineptos, con su alcalde fallido, con sus tranzas estilo PRI, puede perder estas dos posiciones. A Ana Miriam hasta los de Morena la rechazan y a Rosalinda, nunca la vieron en las colonias de Xalapa pidiendo el voto.
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