El poder presidencial debería ser para proteger a los ciudadanos, pero en México, se usa para cuidar a los amigos del presidente

Presidente
Silla presidencial de México FOTO: WEB

El poder es, para algunos, un estado que les permite sentirse superiores a otros. Con el poder se compran voluntades y se pisotean dignidades. Sólo muy pocos saben hacer buen uso de él, la gran mayoría abusa del poder. Este primero de julio el bastón de mando presidencial estará en juego. Con el poder presidencial, se puede hacer casi de todo en un país como el nuestro: se pueden hacer grandes negocios que dejen enormes ganancias, sólo basta la firma del presidente en turno para que las puertas de las diferentes dependencias se habrán automáticamente.

Los grandes consorcios y constructoras ofrecen “el moche”, “el diezmo” al presidente para que les permitan seguir construyendo, no imparta que sean áreas protegidas, total, para eso está la firma del Ejecutivo federal. Al amparo de la banda presidencial se puede solapar a los amigos y a los exquisitos miembros de la cofradía de Los Pinos. Y es que los “amigos del presidente”, pueden violar la ley, robar e incluso matar, y tenga por seguro que la sombra presidencial, siempre los protegerá del largo brazo de la ley.

Sin embargo, a esta estirpe de funcionarios avarientos, entre ellos los Salinas y los Cevallos se les olvida que el poder es una espada de dos filos, tarde o temprano su mal uso los lastimará en carne propia. Por cierto, como muestra ahí está el hijo del propio Carlos Salinas, quien está envuelto en un escándalo de trata de blancas en los Estados Unidos.

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