Pero ya estamos dudando que eso haya sido cierto. Y es que, si Karime es tan lista como se dice, ¿cómo es que no advirtió que el acento del sujeto que la abordó no era de un español, sino de un mexicano? Y es que el “carnal” que preguntaba por un cajero automático sonaba más “ñero” que gachupín. Karime Macías mordió el anzuelo, y le sirvió de guía de turistas al carnalito que andaba perdido en Londres, en uno de los barrios más exclusivos de toda Europa.
Digo, eso no es ser lista, de plano o las garnachas de Rinconada le daban superpoderes y ya los está perdiendo, o de siempre ha sido poco sesuda y ahora nos la quieren vender como el cerebro que maquinó todo ese derroche. ¡¿Cuándo un español de la península va a decir «de veras» o «ah qué bueno»!?