Su pretensión de ser diputada local en Pánuco sólo ha sido un sueño tropical en la perversa mente de la reina de los chocolates. Y por si fuera poco, los miembros del Tecnológico de Pánuco se armaron de valor y le han dado una patada por el trasero a la que hace poco era la secretaria general del sindicato del Tecnológico de aquella ciudad.
Y es que la señora le aprendió bien a su finado tutor: la venta de plazas en el tecnológico se dio al por mayor; los derechos de los trabajadores se los pasó por el Arco del Triunfo y puso en primer lugar a sus familiares. Con ella es cierto, que duele más el pellejo que la camisa. Sin embargo, los astros se movieron y éstos no están favoreciendo a la exchocolatera del fallido congreso callejista. Hoy se queda sin sindicato, sin chocolates y, seguramente, sin diputación.