En la disputa por el poder, alianzas criminales

Paz
Escena del crimen FOTO: ARCHIVO
- en Opinión

Édgar Hernández* / Preocupan los 305 agredidos en marco del actual proceso electoral, entre ellos 95 asesinatos de candidatos y autoridades -Oaxaca (16), Puebla (10), Veracruz (8) y Estado de México (7), entre lo más sobresaliente- por razones políticas y desacuerdos con el crimen organizado.

Alarma que en todo el país y en lo particular en Veracruz, existan localidades y municipios bajo resguardo del crimen organizado –incluidas las sospechosas autodefensas como la de Tihuatlán- que solo dejan pasar a sus zonas de guerra a Morena para actos proselitistas.

De terror saber los nexos criminales del secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marie con Guadalupe Hernández Hervis, “La Jefa”, operadora de Los Zetas y pareja sentimental de Juan Adiel García Lezama, ligado a la banda de Hernán Martínez Zavaleta, el “Comandante H”.

Y urgente aclarar por qué el empeño gubernamental en minimizar el tan delicado asunto de los atentados criminales sobre la empresa ferroviaria que corre por Veracruz cuyos  mil 752 asaltos -260 en Córdoba-Orizaba- han  afectado el desabasto de granos del país por 90 mil toneladas y cientos de millones de pesos en pérdidas.

En otro sentido no puede pasar por alto lo poco que se hace por atajar el saqueo de gasolinas de parte de las bandas delincuenciales de huachicoleros que operan en la zona de las montañas del centro de Veracruz o a quienes cobran derecho de piso a los comerciantes en al menos 140 municipios en disputa total por los territorios criminales.

Y lo peor.

En el olvido mediático quedó la grave denuncia del aspirante gubernamental Cuitláhuac García quien acusa a “Yunes Linares de tener pactos con los malandros”.

En el marco del encuentro empresarial el pasado martes con los candidatos Pepe Yunes, Miguel Angel Yunes Márquez y el propio Cuitláhuac García, éste subrayó el repunte delincuencial a partir del 2017 en casos de secuestros y extorsión.

Las organizaciones delictivas van por pequeños empresarios y productores a quienes acalambran, incluso militantes de Morena han sido amedrentados”, dijo tras acusar los vínculos gubernamentales. No exhibió pruebas.

Lo del crimen organizado es pues una realidad nacional acentuada en Veracruz. Habría, sin embargo, que dejar en claro dónde está la hebra de la alianza criminal con los políticos en el presente.

Regresa a la memoria el 2 de diciembre cuando el presidenciable Andrés Manuel López Obrador declaró “estoy analizando amnistía a líderes del narco”, aseguró tras señalar que está “explorando todas las posibilidades para que se garantice la paz y la tranquilidad del país”.

Eso escandalizó a la sociedad civil.

Ello al igual que las sospechosas cifras de crímenes contra candidatos a puestos de elección popular en donde prácticamente el ciento por ciento son afiliados que no militan en Morena.

¿Es que solo los morenos pueden hacer campaña en territorio criminal? Indiscutible que desde el arranque de las campañas los malandros están en abierta participación.

Hace unos días, en el marco del segundo debate por la Presidencia de México, José Antonio Meade reveló que la candidata a senadora de la república por Morena, Néstora Salgado es una “secuestradora”.

Una secuestradora que está libre por una falla de la Policía. Esto queda en tu conciencia«, le dijo el candidato oficialista a su oponente Andrés Manuel López Obrador.

Mientras, en Veracruz el juego de poder se mira con recelo.

Morena acusa con índice de fuego a importantes personajes del gobierno, en tanto, la PGR anda tras la pista de sospechosos encuentros de malandros con políticos de la yunicidad.

El 12 de julio de 2017 se filtró una fotografía en donde aparece el hijo del gobernador, Fernando, hoy alcalde el puerto, departiendo con el “Comandante H”, quien posteriormente sería apresados por sus vínculos con los Zetas y ser el autor intelectual del asesinato de una familia en donde fueron ejecutados un niño y un recién nacido.

La violencia que vive México en la víspera electoral es inédita.

Es la lucha de todos contra todos por pactar, por negociar, por definir territorios, por comprometer futuros inconfesables y alcanzar el poder al costo que sea.

Históricamente se han consensuado acuerdos con los maleantes particularmente desde que el crimen se organizó como tal, de los setenta para acá, tomando carta de naturalización en la era Fox.

La polarización, sin embargo, se registra en el sexenio de Felipe Calderón cuando se hace tabla rasa con ejecuciones masivas en aras de desaparecer las células delincuenciales. El saldo, 108 mil muertos; millares de inocentes fueron asesinados.

El caso Veracruz.

Sería durante el gobierno de Fidel Herrera, donde vendrían en el 2004 a refugiarse primero los Zetas enfrascados en exterminar al Cartel del Golfo, para luego –con la anuencia de Duarte- dar entrada al Cartel Nueva Generación.

Hoy en Veracruz hay 18 cárteles. Esa es la herencia maldita.

Sin embargo, en el escenario actual de disputa electoral en territorio ribereño no queda claro si los malos son los morenos o los azules o las rémoras del duartismo, pero de que hay mano negra, la hay.

Las siguientes cinco semanas serán cruciales para los grupos de poder en donde los electores, como los chinos, solo se quedarán mirando.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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