Este 15 de mayo los maestros no tienen nada que celebrar. Su sindicato, su defensor, su abogado, su ombudsman sólo consiguió el 3. 4 por ciento directo al salario. Es cierto que no todo tiene que ver con lo económico, pero gran parte del confort y seguridad de la familia descansa en ello.
Además, la aplicación de la Ley de Servicio Profesional docente ha generado el acotamiento de la plaza base y la apertura de los universitarios en las aulas, ha dejado en segundo lugar a los docentes normalistas.
El maestro mexicano, con la aplicación de la Reforma Educativa, se ve agobiado por una carga administrativa y burocrática. El maestro cada viernes de fin de mes, se reúne con sus colegas con la intención de revisar la ruta de mejora y, ahora, con el Nuevo Modelo Educativo busca conocerlo a fondo para aplicarlo en este ciclo escolar que se acerca.
Las condiciones laborales para el maestro no son las mejores, la velada pérdida de derechos laborales y la supeditada actitud del SNTE, lo deja en la orfandad. Por esas razones, este 15 de mayo no hay mucho que celebrar.
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