El Bronco se hace el chistosito; si entró a la boleta con trampas, sólo trampas se pueden esperar de él

Jaime Rodríguez Calderón, el Bronco, comiendo un taco en La Lagunilla de la Ciudad de México FOTO: YOUTUBE

Por lo visto la estrategia de Jaime Rodríguez “el Trampas”… perdón, el Bronco, será hacer el gracioso cada que lo dejen y ponerse a copiar las propuestas de los candidatos que más jale han tenido. Por ejemplo, ya hizo suya la propuesta de quitar la pensión a los expresidentes, con eso de que la propuesta está siendo de las más celebradas por todos los mexicanos.

Luego sale con las jaladas de que él sí va a alcanzar a López Obrador, cuando el señor lleva apenas uno o dos puntos porcentuales. A José Antonio Meade dice que ya lo rebasó, y luego para sentirse pueblo pasó a La Lagunilla en la Ciudad de México a comerse un taco.

El Bronco, por la manera como llegó a la contienda, no es opción para el electorado. Dice la Escritura que «el que es fiel en lo mínimo, es fiel en lo mucho, y el que es infiel en lo mínimo es infiel en lo mucho». De modo que, si de entrada Jaime Rodríguez Calderón llegó a la boleta electoral con trampas, pues lo único que se espera de él son trampas.

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