Tanya Carola es como la col hervida, no sabe a nada. Y como no sabe a nada, como ni huele ni hiede, pues ella trata de darse sabor inventando intentos de secuestro. Eso me recuerda a un candidato que un día antes de las elecciones apareció madreado, con golpes y moretones en la cara, tratando de llamar la atención como para que los electores, a quienes nunca convenció, le tuvieran lástima y votaran con él.
Ahora la señorita Carola se siente “garbanzo de a libra”; siente que la única manera de ganarle a semejante portento es quitándola de la contienda. Es por eso que, con artes de escritora de novelas policiacas, inventó un intento de secuestro acompañado de un gran escape, a la manera de Lara Croft.
Mientras fue diputada local, Tanya Carola sólo se dedicó a calentar la curul y a comer botanas como si estuviera en una sala de cine; usted puede revisar si la señorita diputada sacó algún punto de acuerdo adelante. ¡Nada! A ella sólo le preocupaba que llegara la quincena para cobrar su sueldo, o la parte de su sueldo que Morena le dejaba.
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