La alternancia nos ha dejado igual, o peor

Juan Villoro
- en Opinión

Arturo Reyes Isidoro / Nadie mejor que Juan Villoro –tal vez con la excepción de Enrique Krauze− podía haber explicado e ilustrado tan bien el grado de desesperanza que invade a los mexicanos, lo que podría desembocar, opino, en la llegada al poder, por primera vez en la historia, de un gobierno de izquierda, lo que muchos temen aunque poco hacen para tratar de entenderlo.

El diario El País publicó ayer una entrevista con el reconocido escritor mexicano, que el periódico tomó como una reflexión sobre la situación del país ante las próximas elecciones.

Villoro advierte que la esperanza parece estar en bancarrota. “Creo que una de las cosas más dificiles que puede enfrentar un país no es sólo que el entorno esté degradado, sino que también lo esté la ilusión. Esta falta de expectativas es la crisis más grande que tenemos”.

Ahí, creo,  está la clave de todo, de lo que está pasando y de lo que va a pasar. Quienes andamos a ras de suelo, viajamos –cuando lo hacemos− en el transporte público urbano o taxi, vamos a los mercados populares, a los tianguis donde la gente pobre se arrebata los retazos de tela o la ropa usada para comprarla, a las cocinas populares, vemos y vivimos esa endeble esperanza, en bancarrota, en efecto; la falta de expectativas que viven miles, millones de familias.

Recordó el escritor que en España se solía decir una frase que acuñó el también escritor y periodista Manuel Vázquez Montalbán: “Contra Franco vivíamos mejor”, en el sentido de que se sabía cuál era el enemigo y había una enorme claridad de cuál era la luz al final del túnel cuando cayera Franco.

Podríamos decir lo mismo: estábamos mejor contra el viejo PRI, cuando pensábamos que con la alternancia que habría después estaríamos mejor. Pero hemos experimentado varios gobiernos posteriores a la alternancia y nos han dejado la misma sensación de insuficiencia que antes. El gran problema es que no vemos una luz al final del túnel, estamos metidos en el túnel o, para ajustarnos más a los tiempos que corren, en el socavón”.

En Veracruz, por el momento que estamos viviendo y ante lo que estamos viviendo, lo podemos corroborar. Cunde el desencanto, la desesperanza, se quebraron las expectativas, y la alternancia no resultó, priva la misma sensación de insuficiencia que antes o quizá empeoró.

Me llamó la atención algo que dijo: “Una de las cosas que me parecen más paradójicas en la comparación entre España y México es que España es una monarquía, pero la mayoría de los usos sociales en España no son monárquicos. En cambio, México hace mucho que dejó de ser un virreinato pero muchos de los usos sociales son virreinales”. Cuánta razón le asiste. En Veracruz hasta se pretende heredar el poder como en una monarquía.

Capacitará la Iglesia, para un voto antidespensa

Por eso, resulta alentador que haya voces que se eleven y que instituciones tan poderosas como la Iglesia católica se apresten a actuar en consecuencia.

Ayer, la Arquidiócesis de Xalapa, tras señalar que la entrega de despensas (lo dijo aunque con otras palabras) es un acto de corrupción, anunció que se dispone a capacitar a los ciudadanos para que participen en las elecciones de manera consciente, emitan un sufragio informado y libre, y cuiden el sentido de su voto.

En su comunicado dominical, que suscribe el presbítero José Manuel Suazo Reyes, Director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, la Iglesia anunció su abierta participación en el proceso electoral luego de que el especialista en delitos electorales, Santiago Nieto Castillo, dejó en claro que  la única prohibición que tienen los ministros de culto es la de inducir el voto a favor o en contra de un determinado candidato, partido político o coalición.

A poco más de ochenta días de que los veracruzanos vayamos a las urnas, resulta alentador que una institución tan poderosa, creíble y confiable, que abraza la causa de los pobres y necesitados, quienes siempre han sido utilizados como carne de cañón para satisfacer apetitos de poder político, se disponga a alertar y a orientar a la población sobre el sentido de su sufragio.

La Iglesia católica de Xalapa dijo que: “No es ético comprar votos, ni lucrar con las necesidades más sentidas de la población vulnerable, ni vender las credenciales de elector, eso es una forma perversa de corrupción”.

Anunció entonces que estará “animando” a sus feligreses y ofrecerá capacitaciones ciudadanas para que las personas participen en las elecciones de manera responsable.

La jerarquía religiosa manifestó muy claramente que los asuntos públicos no son propiedad de ningún partido político, ni de ningún candidato. “Son realidades que interesan a todos los ciudadanos. Por lo tanto, los derechos de libertad de expresión y de  libertad religiosa, cualquier persona puede ejercitarlos. Ningún ministro religioso debe sentirse incómodo o coartado al momento de manifestar sus puntos de vista sobre los asuntos públicos, aun cuando se encuentre en un lugar o acto de culto”.

El padre Celestino Barradas (QEPD), historiador de la Iglesia en Veracruz, en sus misas dominicales, desde el púlpito en la iglesia de La Piedad llamaba siempre a ejercer el voto pero con cuidado, decía que todos los políticos y los partidos son lo mismo y llamaba a eso, a no vender el voto por una despensa.

Ahora habrá hasta capacitación por parte de la Iglesia para crear conciencia. Qué bueno. Seguramente el resultado lo veremos en las urnas. ¡Por cierto! Meses atrás, en un privado coloquio escuché a una autoridad religiosa reprobar el intento de heredar el poder, dijo que se trataba de una obsesión enfermiza.

Meade; mal trato, a la prensa local

Mal, muy mal, aunque no atribuible a nadie de la aldea, sino al centralismo y al autoritarismo vertical con el que se quiere seguir manejando el poder desde el altiplano, resultó ayer el manejo con la prensa local de la visita del candidato José Antonio Meade.

Hubo mucha molestia porque se dio una exclusiva y se ignoró a los demás, lo que no fue culpa ni de la reportera ni del medio (del que, por cierto, me siento parte, lo aclaro), y que a la hora de la conferencia de prensa sólo se quisiera permitir el paso de algunos y dejar afuera a una buena parte.

El reclamo y la crítica no se hizo esperar entre la gente del gremio y, creo que injustamente, en las redes se culpó de ello a Pepe Yunes, tal vez porque es amigo de Meade, aunque en todo caso el responsable era el coordinador de la campaña presidencial en Veracruz, Héctor Yunes Landa.

Hasta donde sé, operadores locales pasaron con anticipación lista de medios y de periodistas locales, así como sugerencias a observar para evitar el descontento y enojo que hubo al final, pero el equipo de prensa de Meade apoyado por el de seguridad lo ignoró todo y actuó sin conocer el medio.

Héctor, quien es la hora en que no ha cabildeado con nadie de la prensa local en su nueva responsabilidad –como su primo hermano en el poder tiene aversión a la prensa y la ignora o la rechaza, como demostró también cuando fue candidato a la gubernatura−, debió haber estado pendiente y no haber descuidado ningún detalle para que quedara la mejor impresión de la visita.

Como nunca antes en su historia, el PRI está urgido de adhesiones, de apoyos y de vistos buenos, pero no aprenden en el altiplano. La prensa de Veracruz se guisa aparte, no sólo es la de Xalapa o la del puerto jarocho, sino la de las otras grandes y medianas ciudades del Estado. Todos los medios –electrónicos, impresos y digitales− cuentan y son importantes, pero eso en la Ciudad de México, donde se creen el ombligo del mundo, lo ignoran o no les interesa saberlo, y de paso acá nadie se preocupa por remarcárselos.

Fue la primera de varias visitas de Meade. A ver quiénes y cuántos atienden su convocatoria la próxima vez que venga.

Siendo tan corto el tiempo que tienen para tratar de recuperar terreno y acortar distancias, en el PRI y concretamente entre los que tienen que ver con la campaña de Meade lo desperdician. Mucho del éxito de una candidatura pasa por la cobertura mediática y la opinión de la prensa. Se vio ayer que no les interesa.

Sé que, pese a todo, el PRI despierta simpatías entre algunos periodistas y empresarios periodísticos, pero cada vez más se decepcionan por cosas como las de ayer o por falta de atención, hasta de comunicación. Seguramente los lamentos vendrán cuando se sepa el resultado de la votación.

Encuento Meade-Anilú

ExSecretario y exdelegada, ambos de Desarrollo Social, se reencontraron ayer en en el puerto jarocho. José Antonio Meade invitó a Anilú Ingram a viajar con él y su esposa Juana Cuevas en el mismo vehículo. Trascendió que hablaron de programas sociales, de las necesidades que hay en Veracruz y de cómo, en el caso de ella, desde San Lázaro, una vez que sea investida como diputada federal, puede articular programas para las familias veracruzanas en desventaja.

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