20 puntos arriba de su más cercano contrincante le dan las suficientes ínfulas a Andrés Manuel López Obrador como para profetizar que con los dientes apretados, pero le van a tener que poner la banda presidencial. ¿Lo imagina usted? Un Enrique Peña Nieto obligado por la Constitución a entregar la banda a un sujeto que ha combatido su gobierno y que por lo mismo ha sido combatido por el gobierno.
Ese día, en caso de que suceda, será verdaderamente histórico, y las probabilidades de que suceda son muchas. Así que Vicente Fox, Felipe Calderón, el mismo Peña Nieto deberían ponerse a temblar. Deberían ir buscando asilo en algún país que no tenga convenios de extradición con México.
Y es que muchos mexicanos, sólo por ver cómo le tapan la boca al hocicón de Fox, sólo por eso votarían por López Obrador. Aunque cuidado, habría que decirle a AMLO que se cuide de esas frases, porque ya sabe lo que dice el dicho: «Del plato a la boca, a veces se cae la sopa».
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