Édgar Landa Hernández / Se disloca el universo, ansias rancias,ajenas, las cuales nos acercan a nuestras vidas.Las que nos recuerdan siempre. Cuando se buscan los rostros !y de pronto! aparece el nuestro.
Buscar la musa donde se atreve uno a desnudarla mediante metáforas inconcebibles, dar a luz a la esperanza, a resarcir daños y construir anhelos.¿Y habrá tiempo para ello?
Como si fuera una despedida donde bastara tan solo olvidar sinsabores, tragedias que han sido parte de nuestro sueño, de una realidad.
Y me cuestiono¿Habrá tiempo para ello? ¿Me atrevo? ¿será mucho pedir aprender de cada una de las cosas que participamos siguiendo un patrón universal?
Atreverse es ir más allá de la espesa bruma navegando en el mar de la cordura,guia ilusoria entre oleajes que ofuscan el cielo que observo. ¿Cuán delgados son los hilos que penden de un cosmos en el cual me sostienen y soportan a mis manos, mis brazos y mi cuerpo?
¿Me atrevo?
A ser lo que antes era, o tan solo el holograma transparente el cual creo que soy. Mientras exista un minuto, las horas, sabre cuanto en verdad he vivido. Mientras tanto subo cada peldaño en la escalera de mi existir, y observo, las mañanas, mis noches,la primavera y también el invierno. ¿Me atrevo?
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