Crescenzio Sepe, arzobispo de Nápoles envió un documento de mil 200 páginas al Vaticano donde se leen conversaciones de WhatsApp, con imágenes y otros documentos religiosos donde se ven implicados 34 sacerdotes y seis seminaristas. El arzobispo advierte que no hay señales de pederastia en esas conversaciones y que se habla de «pecados, no delitos».
En el informe enviado el arzobispo pide que: «Aquellos que se han equivocado deben pagar y deben ser ayudados a arrepentirse del mal causado». En esos documentos se asegura que los sacerdotes implicados hacían orgías gays y tenían contacto de tipo sexual mediante aplicaciones de mensajería móvil y se exhibían por medio de cámaras web.
A ver si no sale el padre Quintín con que el arzobispo Crescenzio Sepe es homofóbico y por eso los denuncia.
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