En el informe enviado el arzobispo pide que: «Aquellos que se han equivocado deben pagar y deben ser ayudados a arrepentirse del mal causado». En esos documentos se asegura que los sacerdotes implicados hacían orgías gays y tenían contacto de tipo sexual mediante aplicaciones de mensajería móvil y se exhibían por medio de cámaras web.
A ver si no sale el padre Quintín con que el arzobispo Crescenzio Sepe es homofóbico y por eso los denuncia.