Es cierto que ni Carlos Salinas, ni Diego Fernández de Cevallos, mucho menos Claudio X lo podrán parar. El único que le puede poner una zancadilla es el propio AMLO. Sus exabruptos, tozudez y soberbia le han dejado malos dividendos en el pasado. Y si sumamos que muchos de sus seguidores de la vieja guardia no están muy de acuerdo con los nuevos invitados a la mesa Morena, esto puede restarle votos.
Más aún si se toma en consideración que muchos coordinadores en lugar de hacer campaña y acercarse a las bases, se la pasan soñando con el puesto que van a tener si el “jefe” llega a la grande, pues el asunto se puede complicar para el viejo y mañoso político. Lo cierto es que, hasta el momento, Andrés Manuel López Obrador sabe que la tercera es la vencida. Nos guste o no, el próximo presidente puede ser Andrés Manuel López Obrador, siempre y cuando su otro yo no le ponga una zancadilla.
