Una de las excusas que los niños ponen a los padres cuando entregan la boleta con malas calificaciones es decir «la maestra me tiene mala voluntad». Pues como una párvula se porta la madame Gina, la exvicegobernadora, cómplice directa de Javier Duarte. Gina dice que ha entregado las planas completas, ha entregado la tarea y se ha comportado muy bien en Pacho Viejo, pero la jueza Verónica Portilla le tiene mala voluntad y por eso ha echado para atrás todos los recursos legales que ella ha interpuesto para poder salir libre de la cárcel en donde sólo está vinculada a proceso.
Bueno, Gina se quejó de que un día la dejaron pasar hambre, al no permitir en una audiencia (la del 23 de noviembre) que le pasaran siquiera una torta de jamón, de esas que tanto gustaban al Chavo del 8.
No Gina, no hay mala voluntad. Eso que a usted le pasa es lo que en las Escrituras se llama la ley de retribución: «Todo lo que el hombre siembra, eso es lo que cosecha». Sembró usted vientos, ahora coseche tempestades.
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