Los del PAN-PRD ya se están dando cuenta que pactar con Dante Delgado fue como venderle su alma al diablo, bueno, a un “pobre diablo”. Y es que el señor, como si fuera el “papi” de Anaya (tiene edad para ser su abuelo), ya interrumpe sus conferencias de prensa y le impone las maneras como se ha de comunicar con los reporteros.
Cuando los reporteros quisieron hacer pregunta a Anaya sobre López Obrador, Dante interrumpió: «Todo lo que teníamos que decir ya se dijo durante la intervención de Ricardo y que tuvo su servidor. Les quiero agradecer a todos su interés, pero permítanme que a partir de ahora en la estrategia de construcción de un nuevo México le demos dimensión a lo que significan los comunicados políticos y no la entrevistas banqueteras, en donde se pegunta lo que se quiere».
En Veracruz el costo puede ser más alto, y es que Dante presionó duro para que le dieran espacios inmerecidos donde seguramente van a perder. Eduardo Sánchez Macías, al que el gobernador calificara de delincuente, estuvo junto a Yunes Márquez en campaña y será candidato de la misma alianza gracias a Dante, quien no tiene empacho en meter como contendientes a sujetos de la peor calaña.
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