Mientras los partidos políticos, los medios de comunicación y las redes sociales sigan caricaturizando a los candidatos, nuestra democracia resultará fallida, los electores estarán siempre eligiendo a ciegas. Mientras se siga caricaturizando al adversario, los electores no elegirán al mejor candidato, al que mejores propuestas tenga o al que les dé más confianza, sino que votarán por el que menos repudio sientan.
La democracia no debería ser así. La democracia debería ser la suma de voluntades de un grupo por sacar adelante el mejor proyecto. Los que participan en este juego democrático sólo buscan ganar ellos, en realidad los votantes pasan a un segundo plano y por lo mismo se les pierde el respeto. Si se les respetara su discurso llevaría más propuestas que denostaciones.
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