Alguien dijo que así olía el cuarto de su hijo. Finalmente se supo que dos monaguillos confesaron: «Fue una broma que se nos ocurrió durante el cotillón de Nochevieja, compramos medio kilo de maría (mariguana) y lo metimos dentro del botafumeiro, seguro que la gente ha salido de la Catedral más contenta que nunca»; eso júrenlo.
Seguramente muchos de los asistentes a la misa de la Epifanía sintieron la presencia del Señor como nunca antes. Los monaguillos fueron detenidos, pero liberados después de que confesaran. A ver si al rato no los andan buscando para que consigan más de la “colorada”, que dicen es la que te hacer ver a la Virgen en el Tepeyac.