Armando Ortiz / No sea usted mal pensado, no estamos diciendo que a Duarte le dieron su “bienvenida” en el Reclusorio Norte, lo que pasa es que el exgobernador sintió que violaron sus Derechos Humanos durante la audiencia donde se le vinculó a proceso por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita. Y es que Duarte se sigue preguntando por qué lo tienen preso, a él, un hombre impoluto e inmaculado. Es por ello que promovió un amparo para poder salir libre y continuar su proceso judicial en algunas de las casas o departamentos que compró con el dinero de los veracruzanos. Pero el magistrado Ricardo Paredes Calderón, titular del Quinto Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito, le dijo que no, que nadie violó sus Derechos Humanos y que por lo tanto el señor se queda en la cárcel hasta que se determine si es culpable o inocente. Desde la cárcel, y sin el riesgo de que huya con la ayuda de Flavino Ríos, pude aportar pruebas sobre su inocencia, aunque lo que más sobran son pruebas sobre su culpabilidad. En Veracruz estamos muy contentos con que Javier Duarte, el Nerón que quiso incendiar Veracruz, continúe en cautiverio.
¿Qué le habrán dicho al gobernador que anda bien contento?
Señala la sentencia bíblica, que de la abundancia del corazón habla la boca. Es por ello que lo que expresamos revela lo que traemos adentro. Esto lo decimos porque uno de los boletines oficiales de la visita del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares está redactado en un tono coloquial, emotivo y optimista: “La ciudad está como siempre (…) Un tránsito vehicular tremendo; se extraña Veracruz, se extraña Xalapa, se extraña cualquier ciudad de Veracruz. Pero, sin embargo, hay que venir, hay que venir a hacer gestiones, hay que venir a tocar las puertas para tratar de que tengamos más recursos en Veracruz. Mañana salgo muy temprano, me voy de aquí a Jalacingo (…) La verdad es que ando bien contento; las cosas van saliendo bien, van saliendo mejor. Tenemos que mejorar el tema se seguridad, lo vamos a mejorar”. No conozco a nadie que quiera que le vaya mal a Veracruz, debe haber por ahí alguno que guarde sentimientos mezquinos, alguno al que las cosas no le estén saliendo como en los sexenios anteriores y por ello siempre verá un panorama gris tirando a oscuro. Por supuesto, para estos sujetos, en los sexenios anteriores, todo era color de rosa, todo era del color del dinero.
Javier Lozano, el gramático, la RAE lo pone en su lugar, pero él no dejará de ladrar
Los que crecimos en barrio bravo sabemos que si uno va caminando por una calle y un perro nos ladra desde adentro de su portón, si le pega uno una patada al portón el perro no se va a callar, el perro va a seguir ladrando; es el instinto del perro, no su razonamiento lo que lo hace ladrar. De la misma manera, si uno discute con el ignorante e intolerante de Javier Lozano, senador de la República, si uno le demuestra que está equivocado, ¿cuál espera usted que sea su reacción? Pues como el perro, Lozano Alarcón, va a seguir ladrando, es su instinto. Primero fue una discusión con Gael García Bernal, a quien Lozano Alarcón le sugirió que como su profesión es hacer películas, pues no debía opinar sobre política. Después fue Diego Luna, quien lo puso en su lugar señalando: “¿Pedirle a un ciudadano que no opine? Que triste el nivel de @JLozano. Y más triste nuestro futuro en manos de políticos como este”. Lozano quiso corregir a Diego Luna por algunas palabras sin acento y otras que supuestamente deberían llevar acento; al final tuvo que intervenir la Real Academia Española que corrigió al senador, quien se quiso sentir el gran gramático. Ya lo dijimos, no se puede dialogar con un sujeto tan intolerante, tan nocivo; un tipo que ha decidido apostatar de su partido, el PAN.
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