Sin entrar en debates áridos o discusiones estériles queremos referirnos a la reciente polémica que se dio por un supuesto plagio de parte de uno de nuestros colaboradores. El que reclama se dice periodista y se llama Mario Alberto Mejía, quien publica algunos textos a los que llama “Periodismo ficción”. Aquí no vamos a dirimir si hubo o no plagio, lo que nos interesa es saber si al periodismo se le puede sumar el sustantivo ficción.
En cualquier definición de periodismo siempre encontraremos las palabras información, actualidad, veracidad. En el caso de la ficción su etimología nos remite a “fictio” que se relaciona con el acto de fingir, simular. Fingir y simular es mentir, es decir, la ficción es la antítesis de la verdad. De modo que “Periodismo ficción” es un oxímoron que como figura literaria puede tener validez, pero en el ámbito de la comunicación, es contradictorio.
O se escribe periodismo o se escribe ficción, el ejercicio combinado de estas dos disciplinas es una aberración que sólo busca confundir a los lectores, es un juego perverso de alguien dominado por su propio ego, por sus afanes de notoriedad. Se puede ser un buen periodista o un buen cuentista, pero la combinación de las dos artes sólo genera cretinos.
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