El problema del servicio de transporte público en su modalidad de taxi se debe solucionar aplicando el reglamento que ya está escrito. Y es que son muchas las unidades que, de manera irregular, están brindando el servicio en demarcaciones que no les corresponden. Este desorden se empezó a dar desde los tiempos de Fidel Herrera. Por ejemplo, en Xalapa empezamos a ver que unidades de taxi de Banderilla, Emiliano Zapata y San Andrés Tlalnehuayocan ya daban servicio sin que las autoridades los sancionaran.
Esto dio como resultado que se dieran placas de manera indiscriminada en estas demarcaciones en las que hay más taxis que habitantes. Esto también dio como resultado que el crimen organizado se valiera de estas unidades para la distribución de droga o incluso para los levantones, extorsiones y robos.
El servicio de taxi sólo lo deben dar aquellos que desde hace años tienen ese oficio, algunos de los cuales están esperando una concesión y no se las han otorgado. Se ha visto que algunas unidades de taxi han participado en actos criminales, por lo que es necesario un censo de los verdaderos trabajadores del volante.
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