De modo que, la respuesta que el funcionario de una institución dé, se tomará como una respuesta de esa institución; por lo tanto, la respuesta de esa institución es la respuesta del gobierno en turno. Esto lo decimos porque tenemos información de que en algunas dependencias del gobierno actual se sigue tratando a los empleados y a los ciudadanos de formas inaceptables para un servidor público.
Por supuesto, los servidores públicos no están para decir sí a todo, no es su función aceptar cualquier descabellada propuesta o permitir acciones que pongan en riesgo la dependencia a su cargo. Pero sí están obligados a dar una respuesta amable, ya sea un sí o un no. Aquí es donde se aplica ese dicho: «El hablar a todos bien y darles buena respuesta, mucho vale y poco cuesta».