Por eso, la simulación que hace el Gobierno Federal sobre la correcta aplicación de la justicia a los amigos del presidente Peña Nieto, es sólo eso, un mero remedo de lo debe hacer la PGR. Ahora resulta que apenas se acordó la Procuraduría General de la República que tenía que pedir informes a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) de los movimientos financieros de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex del 2012 a 2016, debido a la investigación del caso Odebrecht.
Si usted ingenuamente se traga el anzuelo y piensa que ahora sí caerá un pez gordo en la cárcel, vive en el País de las maravillas de Alicia. Esto sólo es un espejismo, una mera simulación, la PGR jamás tocará a Lozoya. Recuerde que el candidato a fiscal carnal, Raúl Cervantes, es el encargado de llevar la investigación.
Además, la Secretaría de la Función Pública (SFP) está a cargo de Arely Gómez González, priista de cepa; y aunque ésta le abra una investigación de evolución patrimonial al amigo del presidente, no le despeinarán ni un bucle. Recuerde en México reina la impunidad para la clase imperial priista.