El Quinto Informe de Gobierno del tlatoani priista se caracterizó por un ambiente frío, desangelado y acartonado. Las promesas de campaña del presidente Peña fueron sepultadas por un optimismo oficialista y desbordante, que intentó hacer creer que en verdad se está avanzando.
Lo que es un hecho es que en la clase gobernante se respira nerviosismo por las próximas elecciones, mismas que serán aproximadamente en 11 meses. Una derrota para el PRI es impensable para la élite gobernante; por esa razón se hizo creer que se están sentando las bases para que México avance hacia el progreso y la modernidad. Discurso que, por cierto, el pueblo ya no lo cree.
