Veracruz: sicarios contra sicarios

Niños
En coatzacoalcos, asesinan a una familia, incluidos niños FOTO: NOTIMUNDO
- en Opinión

Mussio Cárdenas Arellano /

* Los cinco niños inocentes asesinados  * Vendettas fuera de control  * Y seguirá la sangre  * A Dante le da hueva  * Que los duartistas vengan a mí  * Fernando Carrillo, a gobernar con Morena  * Pastora Lucy, ahora con Margarita  * Cuatro marcelistas en la SEV  * Y con doble salario  * La regidora y sus “aviadores”

Mata a sangre fría el sicario, sea por encargo o por venganza. Mata a hombres y mujeres por igual. O a los niños inocentes, asestando el golpe donde duele más, detonando la ira social, mostrando que el poder de las balas es un lenguaje brutal.

Fuera de control, las vendettas no son sólo por las plazas y el negocio de las drogas, la trata de personas, el combustible, el secuestro o la extorsión. Son para que el terror no mitigue. Son para dejar constancia que en Veracruz no manda la justicia sino el que anda fuera de la ley.

Sus odios siguen calentando a Veracruz. Se hablan con plomo los matones. Así van definiendo quien manda y quien debe partir, insensibles todos hasta con los inocentes que no debían morir.

Así es la mano insensible del sicario que cercena la vida de inocentes y malosos, a unos para imponer el miedo, a otros sólo para quitarlos del camino.

Así, desde los días en que Fidel Herrera gobernaba y convirtió a Veracruz en el santuario de Los Zetas. Y con Javier Duarte no sólo afianzaron su poder sino que ejercieron un cogobierno, permeando el aparato judicial, corrompiendo las corporaciones policíacas, imponiendo su ley incluso en las estructuras políticas.

Es la violencia que heredó el docenato trágico, la fidelidad y el duartismo, que dejaron pasar al crimen organizado, generando la mayor ola de violencia y sangre, el éxodo de muchos, el miedo de quienes viven con el miedo en la piel.

Córdoba y todo Veracruz se cimbró el sábado 26, al saber de la ejecución de una niña en el estacionamiento de una plaza comercial. Otra vez una inocente. Otra vez alguien que no debía morir.

Cinco niños ejecutados, una en Córdoba y antes cuatro en Coatzacoalcos, refieren el nivel de confrontación y la violencia demencial que impera en la guerra de cárteles, que por detentar el negocio de las drogas, el de los combustibles y otras formas de criminalidad, matan sin reparar a quien.

Se hallaba la menor de cinco años en el vehículo de su padrastro y madre, dentro de una plaza comercial, en Córdoba, en región montañosa central de Veracruz, cuando su vida se apagó. De acuerdo con la versión oficial, dos adultos, Luis Rey Mendoza Miguel, y su madre, Ana Lucía Flores Ortega, ocupaban los asientos delanteros. La menor, en la parte de atrás.

Un grupo armado los atacó. La menor recibió varios impactos de bala, uno de ellos en la cabeza. Se trató de una agresión contra el padrastro de la menor, quien también murió.

De acuerdo con el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien dio a conocer pormenores del caso en la reunión del Grupo de Coordinación Veracruz, la muerte de la niña fue un daño colateral, propiciada por la imprudencia de su madre, quien conducía el auto mientras el padre empuñaba un arma.

Mendoza Miguel era un criminal. Y el ex marido de su mujer, abatido cuatro meses atrás, otro matón.

Dice Yunes mientras expone a la prensa, apoyado en una proyección con fotografías:

La persona ejecutada el día de ayer llevaba por nombre Luis Rey Mendoza Miguel y tenía diversos antecedentes penales; reitero, Luis Rey Mendoza Miguel, y tenía diversos antecedentes penales.

“Desde 2010, se registran distintas investigaciones ministeriales que lo vinculan en delitos diversos, desde violación, vehículos robados de alto impacto, estuvo procesado también en el Centro Federal de Readaptación Social Número 5 Oriente de Villa Aldama, y en 2012 fue presentado por la SIEDO, en un hecho vinculado a actividades de delincuencia organizada.

“Esta persona tenía distintos tatuajes en su cuerpo; este tatuaje de la Santa Muerte, uno más de un tigre; uno más, que aparenta ser un águila imperial.

“Uno más; y esto es muy relevante: él no conducía el vehículo, iba del lado derecho de quien conducía el vehículo, que era una señora, cuyo nombre es conocido ya y reiteraremos el día de hoy, y portaba un arma de fuego en el momento en que fue atacado.

“Esta foto es de minutos después de que fue abatido y esto consta ya en la carpeta de investigación que se ha iniciado inmediatamente.

“La persona que conducía el vehículo es Ana Lucía Flores Ortega. Ana Lucía Flores Ortega es pareja del actual occiso Luis Rey Mendoza, o era pareja del actual occiso Luis Rey Mendoza, y madre biológica de la menor que ayer perdiera la vida.

“Ana Lucía Flores Ortega estuvo casada con Víctor Manuel Juárez Contreras, quien fue ejecutado el día 25 de abril pasado en el bar La Botana, y quien de acuerdo a todos los datos que tenemos, indican que era jefe de plaza, aquí en Córdoba, de una peligrosa organización delictiva que operaba en esta zona; responsable de diversos delitos y quien resulta ser, como ya lo mencioné, el padre biológico de la menor que ayer perdiera la vida.

“Víctor Manuel Juárez Contreras, ejecutado en el bar La Botana, el 25 de abril de este año, era el padre biológico de la menor que ayer perdiera la vida y actual pareja de Ana Lucía Flores Ortega, quien se encuentra lesionada.

“Esta es la fotografía de Víctor Manuel Juárez Contreras y algunos tatuajes que se encontraron en su cuerpo cuando fue abatido”.

Otro que actuó con saña fue el Comandante H, ícono en el jet-set de Coatzacoalcos y mecenas de políticos y empresarios. Su hito fue el crimen de cuatro niños y sus padres, a mansalva, ejecutados como si la sangre de los inocentes sirviera para llegar al infierno. O quizá sí.

Su vendetta inició el viernes 23 de junio. Un comando llegó al hogar de Bernardo Cruz Mota, su hombre de confianza, y lo ultimó. Y desató la ira del jefe zeta.

Irritado por la muerte de quien era visto como un entrañable amigo, Hernán Martínez Zavaleta, alias el Comandante H o El H, habría ordenado un ataque directo contra uno de los participantes en el crimen del “Berna”, un taxista que habría participado en la ejecución.

Al día siguiente, el 24 de junio, en la colonia Nueva Calzadas, un comando ultimó a cuatro menores, de 3, 4, 5 y 6 años, así como a su padre, Clemente N y su esposa Martidiana N.

Irritó a todos El H. Desató la furia de una sociedad electrizada por la violencia, alterada porque los niños inocentes no tenían por qué pagar. Y hay quien jura que Hernán Martínez se equivocó.

A partir de ahí se generó una cacería contra El H. Huyó el jefe zeta como, se supone, no deben actuar los criminales de alto nivel. Esperaba a su familia para evadir el asedio cuando su plan se frustró.

Fue detenido en Cárdenas, Tabasco, el 29 de junio, por elementos de la Policía Federal y remitido a la Ciudad de México, a disposición de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde se le estableció un arraigo, mientras se nutren las carpetas de investigación.

Así es el carnaval de ejecuciones. O la carnicería de los matones.

Un año antes los sicarios se dieron con todo en Coatzacoalcos. La célula zeta se confrontó y fracturó y varios de sus integrantes terminaron en el panteón.

Uno de ellos, Julio César Rodríguez Briones, alias El Caballero o El Moto, se emancipó. Y con él El Tony, que tenía a su cargo el municipio de Nanchital.

Desataron una oleada de secuestros y crímenes, calentando la plaza, generando protestas sociales, motivando la intervención del gobierno federal, mientras el líder de todos, El H, huía. ¿Así huyen los líderes zetas?

Dejaba en sus víctimas cartulinas con narcomensajes. Y en ellas los nombres el H y sus matones. Y con ellos el apellido Chagra, los empresarios a los que Fidel Herrera, en sus días de gloria política, la “plenitud del pinche poder” les dio todo.

Y así la violencia hasta que el Caballero fue abatido. Lo ultimó un comando zeta, enviado a sofocar el caos.

Hace dos semanas, los allegados al Caballero, reabsorbidos por el Comandante H, dedicados al secuestro y la extorsión, fueron desmantelados en un operativo en la zona de tolerancia de Coatzacoalcos.

Nueve de sus integrantes fueron confinados en el penal Duport Ostión. Sin embargo, un juez le permitió a tres de los integrantes de la banda enfrentar su proceso en libertad.

Uno de ellos, Zeferino Almendra Delgado, alias El Sicario, pese a estar confeso de crímenes y secuestros, un alma negra y sangre fría, salió de prisión a eso de las 4 de la tarde. Tres horas después, mientras viajaba en un taxi, un comando lo interceptó y lo mató.

Así operan los sicarios, enfrentados y derramando sangre.

Y si es la de los niños inocentes, no reparan. Es su misión.

Archivo muerto

Grande, la hueva de Dante. Grande su hueva para responder por la incorporación del duartista Eduardo Sánchez Macías al círculo de poder de Movimiento Ciudadano en Veracruz. “Me da hueva hablar de eso —dice soberbio el ex gobernador—. Por eso no vengo a Xalapa. No me hagan responsable de lo que la mayoría de los veracruzanos hicieron para que llegaran al poder —¿la mayoría?—. Entonces que haya personas que tomen decisiones de participar de ninguna manera significa que en lo personal ellos estén comprometidos en toda una mafia de organización pervertida que toda una administración generó y será la historia de Veracruz la que ponga a todos los servidores públicos o ex servidores en su lugar”. Hueva da entender los galimatías verbales de Dante Delgado Rannauro, la justificación del oprobio, la evasión a la realidad brutal que dejó el duartismo,  la complicidad, no de “la mayoría de los veracruzanos” sino la de los rufianes que succionaron las arcas públicas aliados con Javier Duarte. Y receta el dueño de Movimiento Ciudadano “que haya personas tomen decisiones de participar de ninguna manera significa que en lo personal ellos estén comprometidos en toda una mafia de organización pervertida que toda una administración generó”. Hueva le da a los veracruzanos Dante, pontífice de la rectitud, sus sandeces para justificar que los Sánchez Macías, los Pablo Anaya y muchos otros que sirvieron a Javier Duarte, sirvieron a ese régimen nefasto y de eso, según el ex gobernador, mejor ni hablar. Dante y Héctor Yunes son de los que rescatan a los Sánchez Macías y no calculan el impacto y el descrédito. O sea, duartistas todos Lo que no da hueva es recordar cuando Dante, siendo gobernador, adquiría millones y más millones en Cementos Veracruz con recursos del Pronasol. Dio hasta para reconstruir burdeles. Eso no da hueva… Sabrá cómo les vaya a los pejefans, pero a Fernando Carrillo Vázquez seguro que bien. Será él parte del nuevo ayuntamiento de Coatzacoalcos, en Gobernación municipal, según trasciende, en un área sensible para el manejo de los conflictos sociales, donde todos los alcaldes han mordido el polvo y se han quebrado ante el reclamo de colonias y congregaciones. Viene Fernando Carrillo del extinto Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, luego del Partido de la Revolución Democrática, en el equipo del reconocido periodista y político, Jesús Hernández Tea, al que Rocío Nahle le inventó una transgresión a los estatutos de Morena cuando Morena aún no era partido político sino asociación política, para impedirle contender por la candidatura del pejepartido a la alcaldía de Coatzacoalcos. Finalmente la inhabilitación no se aplicó y ahora Fernando Carrillo entra al equipo de Víctor Manuel Carranza en la presidencia municipal de Coatzacoalcos… Como el Cid, Claudio Martínez sigue en la guerra tras morir. Lo lleva de estandarte su viuda, la pastora Lucy Enríquez, que sitúa a la Fundación Claudio Martínez en la órbita de Margarita Zavala, aspirante presidencial, panista de cepa, con trayectoria y abolengo en el albiazul, cuyo mayor lastre es ser la esposa de Felipe Calderón, presidente de aciertos y errores, según se le quiera ver. Lucy, la pastora, se toma la selfie con Margarita Zavala y la sube a las redes sociales. Y desata un dime-que-te-diré de antología. Claudio Martínez, su marido, fue asesinado a mansalva hace ya tres años, golpeado y apuñalado en su fastuosa residencia de la colonia Petrolera de Coatzacoalcos, a unos metros de su iglesia, la Comunidad de Dios, filial de la de Cash Luna, que tantos adeptos tenía. No hace mucho, posaba la pastora Lucy en los eventos de campaña del priísta Carlos Vasconcelos Guevara, candidato derrotado a la alcaldía. O sea, con quien sea pero que el nombre de Claudio Martínez siga siendo su ariete… Más detalles para el gobernador Yunes: en la SEV de Coatzacoalcos hay por lo menos cuatro operadores del marcelismo. Ellos son: Manuel Alejandro Gómez Martínez, Humberto Díaz, Antonio Bustamante y Ana Luisa Cruz. Todos están inscritos en la nómina de la Secretaría de Educación de Veracruz y en la del ayuntamiento de Coatzacoalcos. Manuel Alejandro está asignado al área de Deportes con Silviano Delgado; Ana Luisa Cruz está adscrita a una de las bibliotecas y es protegida y cercanísima al tesorero municipal, Alfonso Morales Bustamante. Son trabajadores de la SEV bajo contrato y pese a que debieron ser dados de baja al concluir el gobierno duartista, el yunismo los sigue teniendo en sus filas… ¿Quien es esa regidora que tiene en la nómina a su hijo y a su nuera, cuyos jugosos salarios van a dar íntegros a los bolsillos, cuentas e inversiones de la ilustre y educada edil? Para ella y para todos, una buena y una mala: la buenas es que esto se acaba ya el 31 de diciembre; la mala es que se va impune…

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