Poco le importó a Duarte que Audirac se deslindara de esa solidaridad que le muestra el exgobernador, pues considera que la carta de Audirac es una prueba más de que el exsecretario de Finanzas está bajo la influencia del tirano Yunes. Javier Duarte cumple ya seis días con la dieta Winnie Poo, es decir a pura miel, agua y limón.
El tono mesiánico que le da a su carta, «no pararé hasta que puedan enfrentar el proceso penal (…) en libertad», nos hace pensar que la falta de nutrientes en su cuerpo ya le están afectando el cerebro.
Duarte insiste en que el desastre que vive Veracruz es responsabilidad de Yunes Linares, por supuesto olvida las razones por las que huyó de Veracruz, las razones por las que está en la cárcel. Duarte está en pleno delirio, de modo que no nos extrañe que siga escribiendo cartas, quizá hasta completar un libro.