Grotescos los dichos de la defensa de Xóchitl Tress. El abogado Arturo Nicolás Baltazar, abogado de la supuesta amante de Javier Duarte, señala que su defendida tuvo que aceptar su responsabilidad por enriquecimiento ilícito debido al escarnio que se arrojó sobre ella. Fue tanto el escarnio sobre su persona, ella tan “santa”, que tomó la decisión de entregar millones de pesos en propiedades, aunque las haya obtenido de manera lícita.
¡Por favor! ¡Qué clase de tontos creen que somos! Si una persona es inocente, el abogado está obligado, por profesionalismo y ética a defender la inocencia de su cliente. ¿Qué clase de abogado le recomienda a su defendida que se declare culpable, aunque no lo sea? ¿Que clase de abogado, pudiendo demostrar la inocencia de su cliente, le recomienda que se declare culpable?
Las pruebas en contra de la supuesta amante fueron contundentes: Empresas fantasma, las mismas que utilizó Gina Domínguez, declaraciones patrimoniales, y testimonios de algunos cómplices. Claro, eso sin contar las fotografías donde se exhibía como una simple meretriz.
La misión del abogado es similar a la del médico, el primero defiende y el segundo salva vidas, solo que el México de ayer hoy y siempre No entiende y por eso tiene las autoridades que merece.