Jorge Díaz Bartolomé / A finales del siglo XIX, el cause del río Carneros proveniente de la represa del Carmen era lo que hoy conocemos como la calle Francisco González Bocanegra, aquel río desembocaba en una extendida poza, alimentada por un manantial que servía para las labores de la fábrica de hilados y tejidos La Probidad; un espacio natural donde se organizaban paseos en lancha y días de campo. Dichas corrientes acuíferas también abastecían unos lavaderos que se encontraban a un costado del puente Atletas, Antiguo camino a Coatepec.
En los años treinta del siglo XX, el antiguo edificio que alguna vez fue la Casa de Artesanías fue ocupado por las tenerías de la ciudad, y parte de los desechos producidos eran canalizados a aquellas aguas donde anidaban zopilotes que eran atraídos por las desperdicios de las curtidurías. El lago no tenía a la orilla un circuito para poder caminarlo, es por ello que surge la fantástica idea de crear un paseo que rodeara aquel lago y ofrecer a la población un espacio de esparcimiento para que las familias pudieran disfrutar una reserva natural muy cerca del centro de la ciudad.
Fue en el año 1969 cuando se iniciaron los trabajos para crear el Paseo de Los Lagos, una extraordinaria obra de ingeniería realizada en el segundo año del gobierno del licenciado Rafael Murillo Vidal y que corrió a cargo del ingeniero Gustavo Nachón Aguirre. Dentro del ambicioso proyecto, se logró comunicar la prolongación de la calle Belisario Domínguez con la calle Juan Rodríguez Clara –ubicada al otro extremo del lago– mediante un puente que atravesara el lago. El proyecto continuó, y se creó un nuevo lago artificial que comunicaría las aguas del primero y segundo lago hasta las inmediaciones de los Campos Juárez, tendría una cascada, debido a la diferencia de niveles, y la creación de un islote fue parte de la ornamentación del paisaje. Cinco años duraron los trabajos, concluyéndolos en 1973.
Durante la administración municipal de David Velasco Chedraui se realizaron proyectos que alterarían el paisaje de aquella zona, la rampa que partía de la calle Atletas fue eliminada para hacer unas escalinatas. Una de las alteraciones más graves fue la que sufrió el Puente Atenas, con un estilo Art Decó, éste comunicaba la antigua Gran Avenida –hoy calle Venustiano Carranza– con el Estadio Xalapeño en tiempos del General Heriberto Jara Corona. Durante la administración municipal de Elizabeth Morales, dicho puente fue convertido en un andador y pintado de colores; también construyeron un puente paralelo con estructuras metálicas y una enorme equis (X), dañando considerablemente el paisaje histórico de la zona, era claro que la intención era dejar una burda huella «vanguardista».
Actualmente el Paseo de los Lagos es severamente afectado por el ambulantaje, existen áreas en las cuales los puestos son fijados con cemento y ladrillos, sin que la autoridad municipal haga algo al respecto. Han sido muchas las quejas de la ciudadanía para que aquel paseo sea limpiado, sea seguro las 24 horas del día, y de esta manera pueda ser visitado por todos. Es común ver promocionales en televisión y páginas oficiales del ayuntamiento que sólo presentan la cara bonita de Los Lagos, pero de la parte sucia y peligrosa se hacen de la «vista gorda».
Es hora de que la administración municipal de Américo Zúñiga retome el asunto antes de terminar su gestión y el problema sea heredado a la próxima administración municipal de Hipólito Rodríguez.
Xalapa se lo merece.
De acuerdo con lo de la espantosa X y la horrenda estructura metálica del puente paralelo. Ojalá algun día alguien tenga la sensatez de remover esa huella de derroche y pésimo gusto de la tal Elizabeth Morales. L
Las escalinatas que mando a hacer el Chedraui, con un terminadito con las patas.