Javier Duarte tiene bien agarrado al presidente; ¿por qué tanta tardanza para extraditarlo?

Enrique Peña Nieto y Javier Duarte FOTO: MIGUEL DIMAYUGA/PROCESO

La tardanza en el traslado del penal de Matamoros, Guatemala a una cárcel mexicana del mal logrado exgobernador Javier Duarte de Ochoa, ha levantado suspicacias entre la sociedad mexicana. Lo señalado en un medio de comunicación sobre la amenaza de Tarek Abdalá de que aún falta mucho por saber del caso Duarte, ha prendido los focos rojos en Los Pinos. La sonrisa burlona y patética del regordete en las audiencias, y la grosera impunidad de su aun cónyuge, Karime Macías; resultan una verdadera ofensa a la inteligencia de los veracruzanos.

Si de verdad Javier Duarte tiene un as bajo la manga, como todo indica que así es, no dude usted que lo está dejando hasta el último momento. Las elecciones presidenciales en unos cuantos meses es tiempo a favor del Nerón Veracruzano. Los vientos del solapamiento y la impunidad pueden marcar el destino de uno de los robos más grandes del siglo por una verdadera jauría, engendrada por el capo mayor, desde luego que nos referimos al famoso Tío Fide.

Tanto Javier Duarte, como su padre postizo, merecen estar tras las rejas, sin embargo, no se haga usted falsas esperanzas, tenga la certeza que aunque el PRI haya expulsado de sus filas a semejante engendro, moverá todas sus piezas para que no sufra ningún rasguño el hombre que pudiera hacer que el PRI pierda la presidencia; total, en Veracruz ayudó mucho para que el PAN le arrebatara la gubernatura al partido del presidente.

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