Diputados opacos y ladinos

Histórica
Xalapa, Ver. Congreso del Estado de Veracruz FOTO: PATTY BARRADAS/FOTOVER
- en Opinión

Aurelio Contreras Moreno / En el Congreso del Estado de Veracruz siguen “deshojando la margarita” y exhibiéndose entre sí por los manejos nada claros del presupuesto público, mismo del que disponen a su antojo.

La diputada del Movimiento de Regeneración Nacional, Tanya Carola Viveros, reveló que los verdaderos ingresos de los integrantes de la LXIV Legislatura del Estado no son los que están publicados en su portal de supuesta transparencia, por 58 mil 123.38 pesos mensuales. Eso es sólo lo que reciben por concepto de dieta, su sueldo.

Pero de acuerdo con la legisladora de Morena, las percepciones totales de cada uno de los 50 diputados locales superan los 240 mil pesos mensuales, pues además de la dieta, reciben 40 mil pesos como “bono para gestión”, otros 45 mil para “subsidio y comisiones”, así como cien mil pesos más como “bono extra” por fracción parlamentaria.

Muy lejos están esas cifras de las reportadas en el portal de transparencia del Congreso de Veracruz, lo cual, como ya se ha explicado en este mismo espacio, contraviene, entre otras disposiciones, la Ley Estatal de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

Lo peor de todo es que para conocer cómo es que se reparten el dinero -que no es generado por los diputados, sino que proviene de los impuestos de todos los veracruzanos-, tiene que haber primero desencuentros entre ellos.

Hace unas semanas, una pelea entre los panistas Sergio Hernández y Cinthya Lobato encendió –e incendió- el tema de la opacidad en la disposición de los recursos de que disponen en el Congreso del Estado. Ahora, luego de un enfrentamiento verbal con otro panista, Bingen Rementería -quien en una balandronada de “mirrey” la retó a “donar” a “causas nobles” 100 mil pesos de su sueldo- la morenista Tanya Carola Viveros decidió hacer públicos los ingresos totales que perciben. Algo que debieron haber hecho desde un principio, por supuesto.

No es de extrañar que esos mismos diputados, opacos y ladinos, pretendan sacar al vapor las reformas al Sistema Local Anticorrupción, cuya instrumentación y puesta en marcha implicará necesariamente dotarlo de un andamiaje institucional, basado en la creación de nuevos organismos como la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción y el Tribunal Estatal de Justicia Alternativa, mismos que, obviamente, requerirán de presupuesto para poder operar. Dinero que no se sabe de dónde va a salir, porque no está contemplado este gasto en el Presupuesto de Egresos de 2017.

Pero para los diputados de la LXIV Legislatura del Congreso del Estado de Veracruz, ese tema, el del dinero, al parecer no tiene la menor importancia. Ni que saliera de su bolsillo.

De nueva cuenta, lo que queda en evidencia es que en el Congreso del Estado de Veracruz tienen un concepto de “transparencia” similar a una pared de concreto, pues para ver hacia el otro lado prácticamente hay que saltarle por encima o, de plano, abrirle un boquete con un cañón.

Y todavía nos sorprende que digan los diputados que con el dinero del Congreso pueden pagarse hasta los bautizos de sus hijos.

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