Nosotros se los advertimos, Sergio Rodríguez es como el escorpión de la fábula, su instinto lo lleva a picar, aunque en ello le vaya la existencia. Sergio Rodríguez siempre ha sido leal a su vientre, a sus ganas de engordar el marrano que tiene de alcancía. Sirvió a los intereses de Fidel Herrera y de Javier Duarte, hizo del PRD una franquicia de estos dos saqueadores a cambio de dinero encima de su colchón. Pero los panistas lo toleraron y lo hicieron su aliado, quizá porque algo de su indecencia se parecía a la de ellos.
Ahora le quitan la Comisión de Hacienda y él se defiende, quizá tenga razón, que se la quitan por incómodo, por contravenir las indicaciones del gobernador. Pero conociendo a este personaje, lo más seguro es que se empezó a cotizar muy alto, y ponía muchas trabas para sacar adelante asuntos hacendarios.
Sergio Rodríguez no es diputado porque quiera servir a los veracruzanos, él es diputado porque sabe que el poder significa dinero, dinero bien habido, mal habido, a él no le importa la diferencia siempre y cuando sea dinero. Ahora los panistas lo van a tener enquistado, chingando como “cuchillito de palo”; claro, a menos que le revivan eso del robo de autos, porque ese caso sigue pendiente.
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