La ciudad que habitamos

Ciudad
Primer cuadro de la ciudad de Xalapa FOTO: CONTENIDO.COM
- en Opinión

Jorge Díaz Bartolomé /

Las calles, y por lo tanto las ciudades deben caminarse como se lee un libro o se recorre un cuerpo.

Octavio Paz.

Las ciudades deben planificarse para que las personas vivan, disfruten y se desplacen por sus calles de la forma más humana posible. Xalapa ha ido perdiendo su esencia como ciudad humana, las calles estrechas llenas de personas estresadas han convertido a nuestra ciudad en espacios conflictivos donde no queremos estar o del cual queremos salir rápidamente.

Hoy en día si quieres ir a la escuela, al trabajo, al cine, al mercado o simplemente a visitar a un amigo, tienes que tomar un autobús, un taxi o caminar por banquetas que son verdaderos obstáculos y trampas peligrosas que ponen en riesgo la integridad de los ciudadanos, principalmente para las personas que tienen alguna capacidad especial.

Se ha perdido el respeto al peatón, si hacemos un recorrido por las calles de cualquier zona de la ciudad, notaremos que las banquetas no tienen el nivel adecuado para que la gente pueda transitar sin ningún riesgo, tienen diferentes alturas, agujeros, rampas de accesos vehiculares, donde tienes a veces que “trepar” debido a su altura o de plano caminar por el arroyo vehicular esperando que no pase un automóvil a toda velocidad y te toque el claxon como en una escena de una película de acción o te diga una letanía de palabras inapropiadas, todo por tan osado movimiento.

Puede ser que te encuentres con algún elemento que forme parte de la infraestructura de la ciudad o del mobiliario urbano, porque es común ver en medio de la banqueta un poste o una caseta telefónica.

Todo esto porque los encargados de Desarrollo Urbano de las administraciones municipales son indiferentes ante estas situaciones. Los Reglamentos de Construcción indican que las banquetas, aceras o andadores son porciones de la vía pública destinadas especialmente al tránsito de peatones. Entonces ¿por qué invadir la vía pública con toldos, anaqueles con ropa, postes con anuncios, casetas de comida, cables, lonas y todo tipo de publicidad?

Para hacer de una ciudad un espacio adecuado donde sus ciudadanos la “vivan y disfruten”, se debe hacer exactamente lo contrario a lo que se ha venido haciendo: crear espacios públicos llenos de vida y actividad; rehabilitar las banquetas, tener un transporte público eficiente y de calidad, instalar semáforos peatonales, además de estacionamientos suficientes para que los autos no se estacionen en la vía pública.

Hay un mito urbanístico que dice: “si quitamos los coches del centro será un desastre para la economía de la ciudad”. No obstante, disminuir el tráfico no solo es sano para los ciudadanos sino que también puede beneficiar la economía de la ciudad.

El reto al que deben enfrentarse los gobernantes comprometidos con su ciudad, es hacer que cada peso destinado a la obra pública ya sea municipal, estatal o federal, se aplique en obras más humanas que mejoren la calidad de vida de sus habitantes, no olvidemos que las ciudades están hechas para sus ciudadanos.

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