Decir no a todo

Proyecto de remodelación de la calle de Enríquez en el centro histórico de la ciudad de Xalapa FOTO: AYUNTAMIENTO DE XALAPA
- en Opinión

Jorge Díaz Bartolomé / Como hemos manifestado con anterioridad, el centro histórico de Xalapa ha perdido un porcentaje muy alto de las construcciones históricas, quedando sólo algunas con valor artístico. El trazo con el que cuenta la ciudad, denominado “de plato roto”, es lo que la hace especial y diferente a otras ciudades; por esta misma razón, no se puede comparar con aquellas localidades que han sabido conservar su memoria física, es decir sus edificios históricos.

Vale la pena recordar que a inicios del 2015 se pretendió rehabilitar la calle Ursulo Galván, priorizando al peatón con un proyecto de ampliación de banquetas, de esta manera se evitaría el estacionamiento prácticamente permanente de autos. La negativa inmediata de un reducido grupo de vecinos liderados por un pastor evangélico –que no vive en dicha calle– no se hizo esperar, con diversas protestas decidieron cerrar la calle y fue cuando el Ayuntamiento optó por dar marcha atrás a la iniciativa. Hoy en día, los autos continúan estacionados y las banquetas de no menos de un metro de ancho siguen igual.

Cuando se iniciaron los trabajos para rehabilitar la muy deteriorada calle de Zaragoza, la negativa, de algunos comerciantes y un regidor no hicieron esperar su inconformidad. La rehabilitación de la calle Primo Verdad también fue motivo de innumerables críticas, con el argumento de que no era posible realizar dichos trabajos. Ahora que la rehabilitación continúa hacia la calle Enríquez, nuevamente vuelven a mostrar su negativa otro grupo de comerciantes inconformes, incluso mencionan que interpondrán un amparo para evitar los trabajos.

Como también lo hemos apuntado con anterioridad, la gente tiende a hacer sus compras cada vez más en centros comerciales alejados del centro de la ciudad, obras como éstas, incentivan a que el centro histórico sea más caminable y amigable, trayendo con esto una mayor derrama económica. Tampoco se trata de comparar a la capital del Estado con otras ciudades, cada una tiene su peculiar estilo y su problemática que atender.

Recientemente un conocido empresario manifestó su conformidad con los trabajos de la calle Zaragoza, mencionando que “dejaron de ser la calle de atrás” para pasar a ser una calle para los peatones. Lo cierto es que estas obras se realizan con recursos federales, vienen etiquetadas de origen para el fin que se solicitó, lo que imposibilita que ese recurso sea utilizado para obras en la periferia, como mencionan algunos.

Imaginemos un corredor que parta del inicio de Xalapeños Ilustres pasando por Enríquez, bajando Ursulo Galván, dando vuelta a Los Sauces para continuar hacia Venustiano Carranza, proseguir por Atletas y terminar en la ahora calle peatonal J.J. Herrera; se escucha interesante, pero siempre existirán personas que dirán “no a todo”.

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