Pobrecito de Felipe Calderón, ya empieza a dar lástima, primero sus propios compañeros de partido le recuerdan su debilidad por los tepaches; Juan José Rodríguez Prats le dijo: «no es cierto, no es cierto, estabas borracho». Luego en Cancún, en esta misma semana, lo llaman asesino y mantenido. Ahora, y por meterse donde no lo llaman, le dicen hasta a que le huele la boca cuando anda ebrio.
En Twitter, Calderón sugirió a la amable concurrencia lo siguiente: «Si permiten una sugerencia: ¿qué tal cambiar el “ehh p..”, por “¡ehhh México!!”? Sería único e inconfundible. Al menos con @miseleccionmx».
Para qué lo puso, de inmediato sus “admiradores” se le fueron encima recordándole su alcoholismo, la manera como llegó a la presidencia, los muertos que dejó su guerra contra el narcotráfico y hasta a su mujer. Hay personas que no entienden que nunca han sido populares, comediantes que cuentan chistes y reciben rechiflas o expresidentes que se sienten queridos pero que en realidad son repudiados; de estos últimos es Calderón.
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