El adalid del Gobierno mexicano, y tenga la seguridad que de Washington, nos referimos al canciller Luis Videgaray, no pasó su prueba en la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre el tema de Venezuela. Se recordará que se necesitaban 23 votos de los cancilleres reunidos en Cancún para poder suspender la convocatoria a una Asamblea Constituyente, sin embargo, algo falló, sólo se lograron 20 votos.
Según el canciller, México le apuesta al diálogo. Reafirmo que ese es el trabajo de la diplomacia, lo que les corresponde, y para rematar, como buen político señaló lo siguiente: «No vamos a contestar con adjetivos ni vamos a responder a provocaciones, somos el país anfitrión de la Asamblea (de la OEA) y nos corresponde buscar el consenso, buscar el diálogo». Hasta ahí todo bien, sin embargo, y para no variar su estilo, dejó muy claro que la posición de México tampoco va a variar.
«Nuestra posición respecto a lo que está ocurriendo en Venezuela es clara, está basada en convicciones y en una observación de hechos dramáticos en la realidad, eso no va a cambiar porque nos reunamos o no con la canciller». Así o más servil a los intereses norteamericanos.
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