Ya lo habíamos dicho, el Instituto de Pensiones del Estado de Veracruz hace tiempo que colapsó. Se lo acabó la corrupción, pero también la poca sensibilidad de los pensionados VIP. Nadie, escúchenlo, nadie tiene derecho a una pensión de 100 mil pesos mensuales por muchas décadas que haya trabajado en algún puesto público o frente a algún grupo. Nadie tiene derecho a 90 mil pesos mensuales, a 80 mil pesos mensuales, 70 mil pesos mensuales, 60 mil pesos mensuales, mientras a otros se les dan pensiones de tres mil pesos mensuales.
Muchos funcionarios públicos, como Reynaldo Escobar, Xóchitl Adela Osorio o Raúl Arias Lovillo no merecen la pensión que les asignaron, que se asignaron. Acaso no conocen la máxima de Salvador Díaz Mirón que dice: «Nadie tiene derecho a lo superfluo mientras alguien carezca de lo estricto». Es por ello que se debe buscar la manera de revisar esas pensiones, de buscar la forma legal, jurídica o constitucional de echar abajo esas pensiones onerosas.
Esa es la única salida que tienen, porque mientras sigan pagando esos altos montos a un grupo de pensionados VIP nunca van a sacar el buey de la barranca. La solución tampoco es esperar a que se mueran; muchos de esos pensionados tienen el cuero tan duro que se ve van a durar muchos años.
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