Hasta el cuarto lugar se fue Josefina Vázquez Mota en elección de gobernador en el Estado de México. Ella, que aspiraba y afirmaba que iba a ganar, se tuvo que conformar con un cuarto lugar. Una de las revelaciones que se hicieron en plena campaña electoral y que no cayó muy bien a la Vázquez Mota fue que se revelara que su familia, incluyendo a su padre, estaban muy metidos en el delito de “lavado de dinero”. Por supuesto que la investigación existía. Pues cuando Josefina se dio cuenta que su campaña ya no iba a remontar, optó por sacarle provecho de otra manera a su candidatura.
El columnista Salvador García Soto señala en su reciente columna que Josefina amagó: «O se limpiaba el nombre de su familia y la PGR exoneraba públicamente a su padre y seis hermanos acusados de ‘lavado de dinero’ en una investigación de la SEIDO y la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, o ella renunciaba ese fin de semana a la candidatura panista a la gubernatura».
Rápido en el PAN y en Los Pinos se pusieron a pensar en las consecuencias de dicha decisión, por lo que una semana antes de la elección del 4 de junio, Raúl Cervantes, en un comunicado, exoneró a los parientes incómodos. ¡No, pues así quién no!
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