Reapareció por ahí el Centinela de Luis Rodríguez Zavala. Lo estuvieron distribuyendo en el centro de la ciudad, encartándolo en el periódico que uno usualmente compra. Salió un número de mayo que pretende hacer creer a los veracruzanos que el periódico de la infamia regresaría por sus fueros, pero no es así. Sólo será ese número.
Lo pretenden vender en 30 pesos, porque el Centinela ya no es el «periódico que no se vende»; pero el Centinela sigue siendo un periódico que no se vende, y en 30 pesos pues menos; por eso lo regalan. Lo que llama la atención son los “columnistas” que escriben, las empresas que se anuncian ahí y los candidatos que promocionan su campaña.
Es decir, escribir para el Centinela, anunciarse en el Centinela, y promocionar su campaña en el Centinela, ¿se puede usted imaginar un acto más abyecto? Participar en el Centinela es participar en un medio que significa lo peor del periodismo. Pero allá ellos.
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