Ya retiraron el nombre de la doctora Karime Macías de Duarte del hospital de Villa Allende, un hospital por cierto del que se habían olvidado por completo, que nunca tenía suficiente personal, que nunca tenía medicinas. Ya quitaron también el nombre de Karime de un albergue, un albergue al que le habían puesto ese nombre nada más para quedar bien con el gobernador, porque, por cierto, los alcaldes del sur fueron los que más apoyaron a Javier Duarte cuando los mismos priistas le mostraron su repudio.
Karime, como presidenta del Sistema Estatal DIF nunca se ocupó en realidad ni de los menores ni de los adultos mayores. Por ejemplo, a la Quinta de la Rosas de Xalapa nunca acudió y eso que le quedaba a la vuelta de la Casa Veracruz. Karime no sólo fue negligente, sino que fue criminal, porque muchos de los recursos que deberían aplicarse para los menores o para los adultos mayores fueron desviados para su provecho y para el provecho de su marido.
De modo que no basta con quitar el nombre de esta infame mujer de cualquier edificio, de cualquier calle, de cualquier albergue. A Karime la queremos ver en la cárcel, queremos que el Gobierno Federal se olvide de cualquier pacto que haya hecho con Javier Duarte y ponga tras las rejas a la artífice de ese saqueo descomunal.
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