Arturo Bermúdez Zurita viajaba en autos caros, le gustaba hacer ostentación de las camionetas que lo escoltaban. Pero lo que realmente disfrutaba era llegar a su oficina en helicóptero, descender en el antiguo edificio de Pensiones del Estado y que todos vieran que no era cualquier persona, quería que todos supieran que llegaba el hombre fuerte del sexenio de Javier Duarte.
Hoy está preso, víctima de su propio ostracismo y del abuso del poder. Jamás en su vida se imaginó estar en las condiciones en las que está ahora, por eso había comprado cinco mansiones en el complejo The Woodlands, en el estado de Texas.
No hay buenas noticias para el disminuido Capitán Tormenta. El Día del Niño seguramente se enteró de la detención de Alfonso N, mejor conocido como el Comandante Tritón o el Chacal, hombre que él mismo había distinguió por su buen servicio como el policía del año 2015.
Arturo Bermúdez Zurita suda frío, sabe que el Chacal no sólo es capaz de sodomizar niños, copular con ancianas de 80 años y matar a inocentes; el comandante Tritón es capaz de traicionarlo con tal de agenciarse prebendas en territorio comanche. El brillo y fulgor de sus trajes de finas telas seguirán colgados por muchos años, y ahora más con la detención del policía del año 2015.
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