De por sí, después de la gestión de Javier Duarte, el PRI estatal anda por la calle de la amargura, pero que a eso se sume la desunión que ahora se hace más patente entre los integrantes de este partido pues hace que los puntos de vista de dos de nuestros colaboradores coincidan:
Luis Ramírez Baqueiro: «La crónica de una derrota anunciada está en puerta, los resultados, hablarán por sí mismos, al PRI se le acabó la fuerza, y no precisamente de la mano izquierda, como afirmará el tema de José Alfredo Jiménez, sino, la fuerza en el terreno de las ideas, el PRI está herido de muerte, y no hay quien lo salve».
Édgar Hernández: «Son, en fin, muchos los pasivos que arrastra el PRI que se niega a deshacerse de esa vieja guardia nociva y corrupta, alejarse de viejas prácticas de venta de alcaldías y compra de voto. La resultante a la vuelta del cuatro de junio será una victoria pírrica de no más de 36 alcaldías, de esas, las más chiquitas, las que no representan electoralmente na…da. El PRI, lo dicen los números, no será el gran perdedor sino el ratón del tercer lugar. Será de nuevo el ganador del voto de castigo. El PRI de Fidel y Duarte. El de las trampas y transas».
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